En un caso de válvula bicúspide, los síntomas nos alertan de que hay algo en el corazón que no funciona como debería.
Aunque se trata de una patología congénita, pueden pasar muchos años antes de que el cuerpo empiece a mostrar síntomas de que algo va mal, pero cuando estos aparecen es recomendable ponerse en manos de especialistas en cirugía cardíaca lo antes posible.
¿Qué es la válvula bicúspide?
Hay cuatro válvulas que se encargan de controlar el flujo de sangre a través del corazón. La válvula aórtica se encarga de suministrar a este órgano vital sangre rica en oxígeno y, para cumplir con su función, tiene tres hojuelas, también conocidas como cúspides o valvas.
Estas cúspides se abren y se cierran una vez por cada latido que da el corazón. Si no cumplen bien esta función, se produce una pérdida de sangre en la cámara de bombeo, lo que podría hacer que el ventrículo izquierdo se dilate y se ensanche y, con el tiempo, se vaya debilitando.
Lo normal es que la válvula aórtica tenga tres valvas, pero existen casos en los que se tienen solo una, dos, e incluso cuatro. Si la válvula es bicúspide, esto indica que tiene dos cúspides en lugar de las tres con las que debería contar.
¿Cuáles son sus causas?
La válvula aórtica bicúspide es un defecto cardíaco congénito, es decir, se nace con él. Es una de las anomalías cardíacas más frecuentes, aunque no sucede en un gran número de personas. Por género, parece darse más entre los niños que entre las niñas.
No existe un consenso sobre el origen de este problema, pero las investigaciones parecen inclinarse hacia el factor hereditario, por lo que podría estar causada por una anomalía genética. De hecho, cuando a un niño se le detecta válvula bicúspide, se suele recomendar a los padres y los hermanos que se sometan a una ecocardiografía para verificar si ellos también padecen esta anomalía y darle el tratamiento necesario.
En algunos casos, también puede desarrollarse una válvula aórtica bicúspide si durante el embarazo la madre estuvo expuesta a ciertas infecciones o tomó determinados medicamentos que podrían afectar al desarrollo del feto.
Síntomas de la válvula bicúspide
Como decíamos al principio de este artículo, en los casos de válvula bicúspide los síntomas no siempre están presentes desde el momento del nacimiento. No obstante, para un correcto funcionamiento del corazón, es necesario que esta válvula, la válvula mitral, la tricúspide y la pulmonar funcionen adecuadamente.
Si la válvula bicúspide es muy estrecha, los problemas serán patentes desde el momento del nacimiento. Pero lo más común es que este defecto congénito pase desapercibido hasta la edad adulta. A medida que se avanza en el envejecimiento, se hace más patente que hay algo en el corazón que no es como debería ser.
Los síntomas más comunes que produce la válvula aórtica bicúspide son los siguientes:
- Falta de aire, especialmente tras un esfuerzo intenso.
- Dolor en el pecho.
- Sensación de mareo, e incluso desmayos.
- Pérdida de resistencia física que podría llegar a la imposibilidad para hacer ejercicio.
- Sensación constante de agotamiento físico.
Muchos de estos síntomas podrían asociarse con el proceso de envejecimiento, así como con otras patologías cardíacas o respiratorias, por lo que es imprescindible someterse a pruebas diagnósticas para averiguar qué es lo que no funciona bien.
Diagnóstico y tratamiento
La prueba más habitual para detectar este problema es el ecocardiograma. En esta prueba se utilizan ondas sonoras para crear una representación visual de los latidos del corazón y mostrar cómo es la circulación de la sangre entre las cavidades, las válvulas o la aorta.
Normalmente, esta prueba se complementa con una tomografía computarizada o resonancia magnética cardíaca, que permite estar al tanto de si se han producido cambios de tamaño en la aorta.
Además, existen otras pruebas que ayudan a conocer más sobre el estado del corazón, como la ecocardiografía transesofágica, el electrocardiograma, y la radiografía de tórax.
La válvula bicúspide aórtica solo se puede reparar con cirugía, pero esta se reserva para los casos más graves. El tratamiento habitual consiste en la toma de medicamentos para tratar los síntomas que están produciendo la anomalía congénita.
La cirugía se lleva a cabo si la anomalía está causando problemas como estenosis de la válvula aórtica, regurgitación de la válvula aórtica, o agrandamiento de la aorta. Lo que se hace en la intervención es reparar o reemplazar directamente la válvula afectada.
En cualquier caso, una vez detectada esta anomalía congénita, los afectados tienen que someterse a revisiones médicas periódicas de por vida. Estas revisiones buscan asegurarse de que la válvula bicúspide no está causando problemas graves.
Además, cuando se tiene válvula aórtica bicúspide existe mayor riesgo de desarrollar una infección en el revestimiento del corazón (endocarditis infecciosa), lo que hace necesario tener mayor precaución.
Pronóstico y esperanza de vida
Quien padece válvula aórtica bicúspide está expuesto a un mayor riesgo de sufrir problemas de corazón, pero no por ello disminuye su esperanza de vida. Es más, lo habitual es que durante la juventud este problema no produzca ningún síntoma. Los niños, adolescentes y jóvenes pueden llevar una vida totalmente normal, incluso practicar deporte, sin notar que hay algo diferente en su cuerpo.
Eso sí, una vez detectada la anomalía, es necesario hacer un seguimiento de la misma, especialmente al llegar a la edad madura. Si hay una disfunción valvular importante, o si la raíz aórtica mide más de 40 mm, se recomienda hacer un ecocardiograma de manera anual. Si no se cumplen estas condiciones, bastará con realizar la prueba cada dos años.
En el caso de las mujeres con válvula bicúspide aórtica, el embarazo puede suponer un riesgo (la mortalidad es inferior al 1 %), por lo que habrá que hacer un seguimiento específico durante la gestación. Si se trata de mujeres con válvula bicúspide aórtica y aorta ascendente con un diámetro que supere los 4,5 cm, entonces sí se desaconseja la gestación, porque el riesgo es importante.
Aunque en la mayoría de los casos se va a poder hacer vida totalmente normal, cuando hay válvula bicúspide los síntomas no deben pasarse por alto y hay que ponerse en manos de un especialista lo antes posible.