En nuestro país se practican alrededor de 650 de estas intervenciones por cada millón de habitantes.
Cirugías coronarias, valvulares y arrítmicas, trasplantes de corazón, reparación de aneurismas… Ciertamente, existen muchos tipos de operaciones de corazón. Sin embargo, es posible encontrar características comunes a todas ellas. Conocerlas te ayudará a entender mejor esta especialidad quirúrgica. ¿Comenzamos?
¿Qué son las cirugías cardíacas?
Una cirugía cardíaca es una operación quirúrgica que se practica en el corazón y/o en los grandes vasos sanguíneos con el fin de tratar una cardiopatía. Se realiza en aquellos casos en los que la patología no responde adecuadamente a otros tratamientos. Según los casos, puede tratarse de una intervención de emergencia o previamente planificada.
Actualmente, existen numerosos tipos de cirugías cardíacas. Desde luego, la gran mayoría de ellas serían impensables si no fuera por dos avances médicos relativamente recientes: la hipotermia inducida (1952) y la circulación extracorpórea (1953). Es por ello que esta especialidad quirúrgica está considerada en cierto modo como novedosa.
Con los distintos tipos de cirugías cardíacas existentes, los cirujanos pueden tratar una gran variedad de patologías. Estas intervenciones les permiten desde reparar válvulas cardíacas o estructuras coronarias anómalas hasta implantar dispositivos médicos (por ejemplo, marcapasos) o, incluso, sustituir un corazón dañado por otro sano.
Estos son los principales tipos de cirugías cardíacas
- Bypass coronario
- Sustitución y reparación valvular.
- Trasplante cardíaco
- Cirugía antiarrítmica.
- Asistencia ventricular.
- Reparación de aneurismas.
- Terapia de resincronización cardíaca.
¿Qué afecciones tratan las operaciones cardiacas?
- Enfermedad de las arterias coronarias: se produce cuando la placa obstruye o estrecha los vasos sanguíneos que llevan la sangre al corazón. La intervención crea una nueva vía para que la sangre pueda fluir normalmente.
- Enfermedad de las válvulas: se da cuando sus velos no se abren o cierran correctamente, afectando al flujo sanguíneo y sobrecargando el corazón. La operación se encarga de repararlas o reemplazarlas.
- Arritmia: se da cuando la frecuencia o el ritmo de los latidos es anormal (por ejemplo, demasiado rápidos o excesivamente lentos). Puede corregirse colocando un dispositivo o practicando una cirugía de ablación (MAZE).
- Insuficiencia cardíaca: el corazón no tiene la suficiente fuerza o flexibilidad como para bombear correctamente el torrente sanguíneo. Según los casos, se implanta un dispositivo o se trasplanta el corazón.
- Aneurisma: se trata de una dilatación que aparece en la pared de una arteria, de tal modo que su desgarro o rotura pondría en peligro la vida del paciente. Procede reparar o reemplazar la parte afectada mediante la intervención quirúrgica.
- Problemas de la estructura cardíaca (por ejemplo, tetralogía de Fallot): se trata de defectos congénitos que impiden el normal funcionamiento del corazón. La reparación quirúrgica dependerá de cómo sea el defecto o daño cardiaco.
¿Cuáles son los enfoques empleados para realizar estas intervenciones?
Dentro de los diversos tipos de cirugías cardíacas, podemos distinguir procedimientos quirúrgicos mayores (operaciones a corazón abierto) o menores (mínimamente invasivos). La elección de uno u otro dependerá de las circunstancias del paciente y, sobre todo, de la cardiopatía a tratar.
- Cirugía a corazón abierto. El cirujano practica una incisión en el tórax para llegar hasta el corazón. Se emplean medicamentos para detener el normal funcionamiento de este órgano, con el fin de poder operarlo con mayor facilidad. Existen dos modalidades según que se emplee o no una máquina de circulación extracorpórea.
- Operación coronaria mínimamente invasiva. En estos tipos de cirugías cardíacas, el cirujano realiza pequeños cortes entre las costillas para insertar, a través de ellos, instrumentos en el tórax. Al igual que en las intervenciones a corazón abierto, pueden realizarse con o sin máquina de circulación extracorpórea. En los casos que requieren de mayor precisión, es posible practicar esta intervención mediante asistencia robótica.
¿Qué riesgos se asocian con las operaciones cardiacas?
Al igual que sucede con todo procedimiento quirúrgico, los diversos tipos de cirugías cardíacas no están exentos de riesgos. Los factores que influyen en la aparición de los mismos son la cardiopatía a tratar, el estado de salud del paciente y el tipo de intervención.
- Sangrado (hemorragia postquirúrgica): es el problema más frecuente. Se debe a que la bomba de circulación extracorpórea puede dar lugar a que los componentes de la sangre no logren coagular correctamente.
- Infecciones, tumefacción e hinchazón en el área de la incisión (pueden ir acompañadas de fiebre).
- Arritmias cardíacas.
- Complicaciones con la anestesia empleada para dormir al paciente durante la intervención.
- Daños en los tejidos (corazón, riñones, pulmones e hígado).
- Coágulos de sangre que pueden derivar en un accidente cerebrovascular o en una tromboembolia venosa. Ello es más probable en el caso de pacientes de edad avanzada.
Conviene tener en cuenta que la probabilidad de sufrir estos problemas es mayor en los casos de cirugías de emergencia. Por su parte, los pacientes que padecen ciertas afecciones médicas previas (por ejemplo, diabetes) son más propensos a padecer tales inconvenientes. Sea como fuere, el postoperatorio de una cirugía cardiaca resulta decisivo a la hora de prevenir o combatir dichos riesgos.
En el Servicio de Cirugía Cardíaca de Adultos del Hospital Universitario La Paz contamos con una dilatada experiencia realizando diversos tipos de cirugías cardíacas. No en vano, llevamos practicadas más de 20 000 intervenciones de esta especialidad quirúrgica. Así pues, tanto si necesitas someterte a ella como si estás buscando especialistas para derivar a tus pacientes, no dudes en contactar con nosotros.