Tipos de arritmias cardíacas

Los marcapasos actuales permiten controlar algunos tipos de arritmias cardíacas y prevenir episodios de arritmia grave. Más fáciles de colocar y desprovistos de cable, brindan seguridad y calidad de vida a muchos pacientes. Sin embargo, no todas las arritmias requieren de esta solución quirúrgica, porque las hay temporales y poco peligrosas, como también existen arritmias temporales graves.

El término arritmia es la manera genérica de designar cualquier anomalía en los impulsos eléctricos del corazón, por lo que es un concepto amplio. Existen arritmias que pasan inadvertidas por el paciente, mientras otras se detectan simplemente con tomar el pulso, pues afectan a la frecuencia cardíaca.

Vamos a ver qué tipos de arritmias existen para que puedas comprender en qué consiste tu caso si has sido diagnosticado en alguna ocasión. En ocasiones, sobre todo en servicios de urgencia, intentamos no saturar con información al paciente y le hablamos de arritmias a secas, junto con el tratamiento, aunque tu cardiólogo debería dejarte reflejado por escrito cuál es tu caso, incluso explicarte en qué consiste si solicitas esa información.

¿Cuántos tipos de arritmias cardíacas existen?

Para hablar de tipos de arritmias debemos establecer cómo las clasificamos. En algunos textos se habla de bradicardias, taquicardias y latidos prematuros o extrasístoles, y un paciente puede presentar más de un tipo a la vez.

Si atendemos a su duración, pasamos a hablar de arritmias crónicas, para referirnos a las que son permanentes, y de arritmias paroxísticas cuando se presentan en ocasiones puntuales, con independencia de su frecuencia.

Por tanto, si atendemos al criterio de la forma en que se altera el latido y si el episodio de la arritmia es permanente o no, podríamos hablar, en principio, de hasta 6 tipos de arritmias cardíacas diferentes. Para el paciente suele ser más fácil abordar estas dos variables por separado, mientras que los cardiólogos introducimos otras adicionales, como si es mono o multifocal y dónde se localizan esos focos.

Tipos de arritmias cardíacas

Cuando hablamos de ritmo cardíaco normal utilizamos el término ritmo sinusal. El ritmo sinusal no tiene un valor fijo, porque la frecuencia cardíaca debe modificarse a lo largo del día dependiendo tanto de la actividad como de ciertos estímulos. Por eso, fijamos unas condiciones para pedir el latido cardíaco en busca de arritmias.

La manera más habitual, donde detectamos o descartamos muchas arritmias es en reposo, con un electrocardiograma. Sin embargo, hay que tener tino para realizar el ECG justo cuando un paciente con arritmia paroxística está experimentando un episodio, por lo que, ante la duda, solicitamos al paciente que lleve adherido al cuerpo un dispositivo llamado holter durante 24 horas y realice vida normal. El holter recoge la manera en la que late el corazón en una gráfica que analizaremos en la consulta, teniendo en cuenta que ese paciente no ha estado en reposo completo, sino haciendo un reposo relativo.

Por último, hay alteraciones en el latido que solo aparecen cuando la frecuencia cardíaca pasa de ciertos niveles. Estas arritmias las detectamos con una prueba de esfuerzo.

Al final, si hemos detectado una arritmia cardíaca o más de una, te hablaremos de los siguientes tipos:

Bradiarritmias

Las bradiarritmias o bradicardia consisten en un latido demasiado lento. Se determinan en reposo, intentando que el paciente se encuentre tranquilo, y debe tenerse en cuenta tanto la edad como la forma física del paciente.

Como baremo general, se habla de bradiarritmias en adultos si las pulsaciones por minuto no alcanzan el valor de 60. Sin embargo, en muchos deportistas de alto rendimiento las pulsaciones en reposo no alcanzan este valor y también existen casos de bradicardia constitucional. Por tanto, el valor de 60 pulsaciones por minuto se limita a adultos no deportistas y que no presenten una ligera bradicardia constitucional.

También podemos errar en la detección de una bradicardia si el paciente se encuentra muy nervioso o si debe tomar ciertos fármacos. Coméntale a tu médico si es tu caso o si eres consumidor habitual de altas dosis de excitantes como el café, para tenerlo en cuenta.

Dentro de las bradiarritmias, distinguimos los siguientes subtipos:

Bradicardia sinusal

Incluye tanto los casos de bradicardia en deportistas como aquellos en los que el ritmo se vuelve demasiado lento a consecuencia de una enfermedad cardíaca.

Enfermedad del nodo sinusal y bloqueos sinoauriculares,

Cuando la alteración del impulso eléctrico afecta justamente al nodo sinusal o al paso desde el mismo hacia las aurículas. Son frecuentes en personas de edad avanzada y una de las arritmias que, cuando se repiten con cierta frecuencia, hacen recomendable la implantación de un marcapasos.

Bloqueos auriculoventriculares

Cuando el problema en la transmisión del impulso afecta al paso de la aurícula al ventrículo en uno o ambos lados. Se clasifican, a su vez, en «de primer grado» (retraso en la conducción del impulso, pero sin que se bloquee ninguno), «de segundo grado» (algunos impulsos se conducen y otros se bloquean) y «de tercer grado» (todos se bloquean).

Los bloqueos auriculoventriculares de tercer grado y algunos casos de segundo, por lo general, precisan de la colocación de un marcapasos. Los de primer grado no suelen requerir tratamiento o se prueba antes con fármacos.

Taquiarritmias

Las taquiarritmias son alteraciones en la frecuencia del ritmo cardíaco, de manera que en reposo superan el valor orientativo de 100 lpm. De nuevo, se debe tener en cuenta las circunstancias del paciente y cuál es su pulsación habitual en reposo.

Se dividen en taquiarritmias supraventriculares y taquiarritmias ventriculares, dependiendo de la zona del corazón donde se vea alterada la conducción del impulso eléctrico, y a su vez estos grupos se desglosan como sigue:

Arritmia sinusal respiratoria

Puramente fisiológica, paroxística, frecuente en gente joven y que no precisa tratamiento. Se puede producir por ansiedad.

Taquicardia sinusal

Cuando el latido tiene lugar de manera correcta, pero con una frecuencia superior a la deseable. Puede ser causada por ansiedad, en cuyo caso se debería estudiar la necesidad de un tratamiento para la misma, o por el consumo de estimulantes. También por ciertos fármacos.

En general, no supone un peligro ni precisa mayor tratamiento que intentar reducir, si es posible, la dosis de la sustancia desencadenante o los niveles de estrés.

Contracciones auriculares prematuras o extrasístoles auriculares

También llamadas latido prematuro, se producen cuando se genera un impulso eléctrico adelantado al sinusal en otra zona de las aurículas. Pueden presentarse en personas sanas, aunque requiere un buen diagnóstico porque, en ocasiones, se asocian a isquemia miocárdica, insuficiencia cardíaca o la enfermedad pulmonar.

Si provocan síntomas, se pueden tratar con betabloqueantes, suponiendo que no se encuentren contraindicados (por ejemplo, en pacientes asmáticos), en cuyo caso se necesita valorar el riesgo/beneficio o la posibilidad de modificar la dosis para controlar la otra patología.

Taquicardias supraventriculares

Son sostenidas en vez de afectar a algún latido concreto. Este grupo de taquiarritmias se compone de taquicardia auricular, fibrilación auricular y flutter o aleteo auricular.

Taquicardia auricular

Asociadas a algunas patologías como el hipertiroidismo, se localizan en las aurículas y son difíciles de eliminar. Por este motivo, lo que se intenta hacer en primer lugar es disminuir la frecuencia cardíaca con fármacos, de modo que, si no cesan las taquicardias auriculares, al menos sean mejor toleradas. Si la medicación no surte efecto y la calidad de vida del paciente se ve condicionada, se estudiará la conveniencia de una ablación por radiofrecuencia, mediante un cateterismo.

Fibrilación auricular

Es la arritmia sostenida más frecuente que aparece sobre todo en personas mayores o con cardiopatía, aunque también puede darse en personas jóvenes con corazones sanos y en personas jóvenes. Se caracteriza por latido rápido y totalmente irregular, producido por una actividad eléctrica auricular caótica y con múltiples focos de activación.

Su presentación clínica es muy variable, pudiendo ser asintomática o cursar con palpitaciones y síntomas que podrían confundirse con una crisis de ansiedad aguda. Los episodios de fibrilación auricular se asocian a un mayor riesgo tromboembólico y de ictus.

El tratamiento de la fibrilación auricular debe contemplar varios aspectos: control de la frecuencia cardíaca con fármacos, eliminación de la arritmia (fármacos o cardioversión eléctrica), prevención de nuevos episodios, con fármacos o ablación, y prevención de episodios embólicos, con antiagregantes o anticoagulantes.

Aleteo o flutter auricular

Con un riesgo tromboembólico y tratamiento similares a los de la fibrilación auricular, en este caso la frecuencia cardíaca suele ser regular y en torno a 150 lpm. Producida por un fenómeno conocido como reentrada auricular. Generalmente, se asocia a cardiopatías crónicas o a enfermedad pulmonar.

Taquicardias paroxísticas supraventriculares

Suelen ser sintomáticas (palpitaciones, mareo, dolor de pecho, sensación de falta de aire, malestar general), con un inicio y final marcados, aunque bien toleradas. Son más frecuentes en personas sin cardiopatías.

Las taquiarritmias ventriculares

Suelen ser más peligrosas que las supraventriculares, y se clasifican tal y como sigue:

  • Contracciones ventriculares prematuras o extrasístoles ventriculares. Con un único foco y más frecuentes en pacientes cardiópatas, también son muy relativamente habituales en pacientes con corazones normales. En ocasiones son percibidas como una pausa en el latido, seguida de un latido más fuerte, mientras que muchas veces son asintomáticas. Si son sintomáticas y molestas, pueden tratarse con betabloqueantes.
  • Taquicardia ventricular no sostenida. Salva de impulsos ventriculares consecutivos que dura menos de 30 segundos, y después, cede espontáneamente. Tiende a presentar mal pronóstico si aparece en pacientes con cardiopatías, porque es un aviso de una posible muerte súbita.
  • Taquicardia ventricular sostenida. Sucesión de impulsos ventriculares a una frecuencia de más de 100 latidos por minuto (lpm) y que dura más de 30 segundos, frecuentes en pacientes con cardiopatías. Suele ser sintomática y puede ceder de manera espontánea. Si no ceden espontáneamente, se procede a aplicar un tratamiento complejo.
  • Fibrilación ventricular. Se presenta una gran desorganización de los impulsos ventriculares, con ausencia de latido efectivo. Los síntomas son ausencia de pulso y pérdida de conocimiento inmediata. Si no se actúa a tiempo, resulta mortal en solo unos minutos.

Como ves, el número de tipos de arritmias cardíacas es elevado y sus nombres se hacen complejos para quien no ha estudiado Medicina. Para colmo, un paciente puede sufrir más de un tipo de arritmia, por lo general de manera paroxística o episódica.

En tu historial clínico se reflejarán todos los episodios en los que has presentado arritmias, su tipo y tratamiento. Algunas de las arritmias aquí citadas son preludio de un fallo cardíaco inminente, por lo que no hay más tratamiento que desfibriladores y maniobras de emergencia. Para la mayoría de casos, tu cardiólogo debe decidir si necesitas o no un tratamiento, que puede ser farmacológico, anticoagulante o consistir en la implantación de un marcapasos. También te indicará si necesitas aplicar cambios en tus hábitos de vida, como suprimir la sal o evitar la fatiga. Plantéale todas tus dudas en la consulta.

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