Sustitución valvular por prótesis aórtica: en qué consiste

La valvulopatía aórtica es una de las cardiopatías valvulares más frecuentes. De hecho, son millones las personas que en todo el mundo han solucionado ese trastorno mediante la implantación de una prótesis aórtica.

A modo de ejemplo, se calcula que, solo en Europa, más de 13 millones de personas han sido diagnosticadas con una valvulopatía y que el 44 % de esos casos corresponden a la válvula aórtica. El dato procede de la Biblioteca Nacional de Medicina del NIH (National Institutes of Health), la principal agencia de salud del gobierno norteamericano.

En los países desarrollados, este tipo de valvulopatía se desarrolla preferentemente en las personas de más de 65 años. Pero también se dan casos en los que la anomalía es de origen congénito y es detectada durante el período de gestación del feto o en las primeras semanas de vida.

Como ocurre con las otras válvulas cardíacas (tricúspide, pulmonar o mitral), el deterioro o malformación de la válvula aórtica no es fácilmente tratable con medicación ni mediante cirugía valvuloplástica, por lo que la única opción de tratamiento suele ser su sustitución por una prótesis mecánica o biológica.

¿Cuándo se sustituye una válvula aórtica?

Las causas habituales de que sea necesario reemplazar la válvula aórtica por una prótesis son las que siguen:

  • Las lesiones y trastornos degenerativos que presenta la válvula en personas de mucha edad, normalmente por calcificaciones en los tejidos cardíacos o por desgaste. La patología más habitual en estos casos es la estenosis aórtica calcificada.
  • Las malformaciones congénitas de la válvula aórtica.
  • Las lesiones que se desarrollan como consecuencia de algunos trastornos inflamatorios o infecciosos de carácter grave (por ejemplo, la fiebre reumática o la endocarditis).

Prótesis aórtica

La valvulopatía aórtica puede manifestarse como un estrechamiento o como una estenosis (fusión de los tejidos) que impide o dificulta la apertura de la válvula, por lo que la sangre no fluye correctamente a través de ella.

También puede manifestarse en forma de cierre defectuoso de la válvula, lo que provoca que la sangre fluya en dirección contraria a la normal.

Este tipo de valvulopatías no siempre provocan síntomas que permitan detectarlas precozmente, por lo que en muchas ocasiones se diagnostican cuando la enfermedad se encuentra ya en una fase avanzada.

El reemplazo de la válvula aórtica se realiza cuando los pacientes experimentan síntomas de consideración y en aquellos para los que, sin síntomas o con síntomas mínimos, la anomalía de la válvula supone un riesgo vital a corto o a medio plazo.

Sustitución valvular por prótesis valvular aórtica, ¿en qué consiste?

La sustitución de la válvula aórtica se realiza mediante una intervención quirúrgica a corazón abierto. Durante la misma, el cirujano cardíaco retira los tejidos que conforman la válvula natural dañada y en su lugar implanta una prótesis valvular aórtica.

Una alternativa utilizada por el Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Universitario La Paz es el implante valvular aórtico transcatéter. Desde 2011, disponemos de un equipo de cirujanos cardíacos específicamente formados en este tipo de implantes valvulares.

Esta técnica, denominada habitualmente TAVI (Transcatheter Aortic Valve Implantation) solo se emplea en los mejores hospitales de España en cirugía cardiovascular. Se trata de una opción sólo indicada en aquellos pacientes con riesgo quirúrgico alto o que padecen estenosis aórtica que no es recomendable sustituir por técnica convencional debido a que el paciente tenga otras comorbilidades importantes o sea muy mayor.

Tipos de prótesis

Son dos los tipos de prótesis aórticas que pueden implantarse, en función del defecto valvular, de la gravedad del mismo y de las características particulares del paciente:

Prótesis aórtica

Prótesis aórticas mecánicas

Las prótesis mecánicas están fabricadas con materiales inertes de origen plástico o metálico. Se trata de prótesis ultrarresistentes: pueden funcionar durante varias décadas sin presentar desgaste apreciable.

Una desventaja de este tipo de prótesis es que son muy trombogénicas, es decir, que son susceptibles de provocar embolias o coágulos en los pacientes y con el tiempo presentan cierta tendencia a la obstrucción, por lo que el paciente ha de medicarse, de por vida, con fármacos anticoagulantes.

Prótesis aórticas biológicas

Como su nombre indica, están fabricadas con tejidos de origen biológico. Las opciones son las que siguen:

  • Prótesis elaboradas a partir de válvulas aórticas naturales de origen porcino.
  • Prótesis fabricadas con tejidos procedentes del pericardio bovino.
  • Injertos de válvulas aórticas humanas (homoinjertos).

Las prótesis biológicas están indicadas en los siguientes tipos de pacientes:

  • Aquellos que no quieren o no pueden tomar anticoagulantes (por ejemplo, quienes tienen úlceras estomacales o mujeres que desean quedar embarazadas).
  • Practicantes de deportes de riesgo que no desean renunciar a esas prácticas.
  • Personas de edad muy avanzada.

Las prótesis aórticas biológicas son poco trombogénicas, esdecir, son poco susceptibles de provocar coágulos o embolias, por lo que es posible utilizarlas sin administrar anticoagulantes. Sin embargo, su durabilidad es más limitada que la de las prótesis mecánicas: su vida útil es de entre 12 y 15 años de media.

Riesgos y problemas

Como ocurre con cualquier tipo de prótesis, es necesario tener en cuenta, además de las ventajas derivadas de su uso, algunos problemas y riesgos que pueden presentarse con el tiempo.

En este sentido, estas son las posibles complicaciones:

  • Problemas derivados de la coagulación: formación de coágulos, bloqueo de la prótesis valvular y obstrucciones del flujo sanguíneo.
  • Complicaciones derivadas del tratamiento anticoagulante: sangrados frecuentes y propensión a los derrames y hematomas.
  • Endocarditis (inflamación en la zona del implante valvular aórtico), susceptible de bloquear o dañar la prótesis.
  • Bloqueos o fugas en la válvula, ocasionados por la formación de tejidos cicatriciales.
  • Anemias hemolíticas.

Afortunadamente, la mayoría de estos problemas y riesgos pueden prevenirse y solucionarse si son detectados a tiempo.

Para ello, es imprescindible que el paciente que porta una prótesis aórtica se someta, de por vida, a controles cardiológicos periódicos. En este sentido, es especialmente importante controlar la coagulación, así como adoptar medidas para evitar las infecciones, tratándolas de inmediato si estas se presentan.

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