Operación fibrilación auricular

En cardiología nos vemos obligados a hablar de tipos y grados de afectaciones porque determinan cómo proceder y la esperanza de vida del paciente. Aunque el paciente se puede asustar cuando le explicamos qué es una arritmia cardíaca y sus síntomas, faltaríamos a nuestro deber deontológico si no aclaráramos a muchos pacientes que su arritmia es de las que solo requieren un control periódico o, ni siquiera, puede ser puntual, debida a un acontecimiento traumático, y remitir sola en minutos.

Sin embargo, dejando siempre un hilo de esperanza, hay pacientes con los que no podemos ser tan protectores, como los que precisan una operación de la fibrilación auricular. Hablamos de uno de los peores casos de arritmia, por lo que hay que tratar aspectos como la esperanza de vida con fibrilación auricular en función de cómo se cuide el paciente y cuánto se demore la cirugía.

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¿Qué es la fibrilación auricular?

La fibrilación auricular es un tipo de arritmia grave que el paciente puede llegar a detectar durante un episodio o no. Según la duración del episodio, la fibrilación se cataloga como sigue:

  • Fibrilación auricular paroxística: aparece y desaparece de forma espontánea y dura menos de siete días.
  • Fibrilación auricular persistente: no desaparece de modo natural y su duración es superior a siete días.
  • Fibrilación auricular crónica: es permanente y no se logra recuperar el ritmo sinusal.

La fibrilación auricular paroxística es una de esas que pueden aparecer ante un acontecimiento negativo y remiten sin ni siquiera ser diagnosticadas. Otras veces es un desmayo o un síncope lo que lleva a una paciente al servicio de urgencias, donde se detecta fibrilación auricular con el electrocardiograma (ECG). En estos casos, toca hacer un seguimiento para determinar el tipo de FA.

La fibrilación auricular, por sí misma, no supone un riesgo vital, aunque mientras tiene lugar se multiplica el riesgo de accidentes cardiovasculares y de ictus, o de insuficiencias cardíacas a largo plazo, por lo que se impone una actuación rápida con el fin de evitar posibles consecuencias fatales.

En primer lugar, se procede a un estudio clínico completo, pues muchas veces la FA es un síntoma de otra enfermedad, como alteraciones tiroides o apnea del sueño. Una vez controlada la enfermedad causante, las fibrilaciones desaparecen.

De no ser así, se prueba a ayudar al corazón con algunos fármacos y se prepara al paciente para la cirugía.

¿En qué consiste la cirugía de la fibrilación auricular?

Si la medicación antiarrítmica no es suficiente para hacer cesar la fibrilación auricular, la manera de restablecer un latido normal pasa por crear pequeñas cicatrices en la aurícula izquierda, mediante ablaciones dentro de la misma, que rodean y aíslan las venas pulmonares, modificando el impulso eléctrico que pasa por la aurícula.

Este procedimiento se puede hacer con el paciente sedado y anestesia local, utilizando catéteres, o bien con una cirugía mínimamente invasiva, dirigida con microcámaras que se introducen a través de la cavidad torácica. En este último caso, se necesita utilizar anestesia general.

Técnicas actuales que se emplean en la cirugía de la fibrilación auricular

Lo que diferencia unas técnicas de ablación de otras es la energía empleada para causar esas lesiones controladas, que darán paso a cicatrices internas.

En unos casos se utiliza frío extremo, es decir, se criogenizan de zonas concretas, mientras en otros se recurre al calor, por ejemplo, mediante el uso de radiofrecuencias. Imaginamos que pronto se podrá operar el corazón con cirugía láser mediante estos procedimientos poco invasivos.

¿Qué esperar tras la operación?

Tras una operación de fibrilación auricular, el paciente será llevado a la sala de reanimación y pasará a tener una terapia farmacológica. Como va a estar ingresado al menos 24 horas, 5 días en el caso de la cirugía mínimamente invasiva a través del tórax, así que los doctores detectarán cualquier posible complicación.

Es posible que precise de cierto grado de terapia anticoagulante, como también será necesario que adopte un estilo de vida tranquilo y saludable, evitando la hipertensión. Los anticoagulantes que se prescriben a quienes lo necesitan tras la cirugía de la fibrilación auricular no precisan de controles periódicos de la sangre, aunque sí se debe comunicar sobre su consumo a cualquier médico que les atienda.

Haciendo caso a las indicaciones del cardiólogo, lo habitual es que la calidad de vida del paciente mejore bastante con respecto a cómo estaba antes de la cirugía. Su esperanza de vida también aumentará, al alejar el riesgo de ictus y de insuficiencias cardíacas severas que supone una fibrilación auricular persistente en el tiempo o no controlada, aunque hay pacientes que experimentan episodios ocasionales de arritmias paroxísticas.

La mejora en la calidad de vida de un paciente operado no se puede determinar hasta no ver cómo va evolucionando, porque unos pacientes mejoran más que otros. Recuerde que, por muy bien que se sienta, puede presentar fibrilaciones u otras arritmias en ocasiones, por lo que el estilo de vida debe ser razonablemente cuidadoso y no debe abandonar los tratamientos indicados.

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La operación de la fibrilación auricular se realiza para evitar el peligro que supone una FA mantenida y que no se puede controlar con hábitos de vida y fármacos. Los resultados de esta cirugía son muy buenos en casi un 90 % de los pacientes, quienes ven cómo mejora su calidad de vida, incluso pueden pasar a tener menos tratamientos farmacológicos. Sin embargo, no hay que perder de vista que pueden darse episodios puntuales de fibrilación auricular, incluso en los pacientes con un éxito total en la cirugía.

Si experimenta síntomas compatibles con una FA, acuda de inmediato al médico, aunque lo más probable es que se trate de un episodio del tipo paroxístico y remita por sí solo.

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