Reparación de la válvula aórtica

El corazón humano tiene cuatro válvulas que controlan la entrada y salida de la sangre entre aurículas y ventrículos, de manera que siempre vaya en el sentido correcto y no retorne al lugar del que proviene. En concreto, la válvula aórtica es la que permite el paso de la sangre oxigenada desde el ventrículo de izquierdo hacia la arteria aorta, que es la que la distribuye por todo el organismo. La apertura y cierre de esta válvula está condicionada a la presión que tiene en cada momento el ventrículo izquierdo. Se abre para dejar fluir la sangre y rebajar la citada presión, y se cierra para evitar el reflujo y que el ventrículo recupere la presión normal. Cuando la válvula falla se produce una descompensación general del corazón que puede derivar en un grave fallo cardiaco y que, al poder cursar de manera asintomática durante mucho tiempo, es importante acudir al cardiólogo con la frecuencia que se tenga pautada si se padece del corazón. Llegado el punto de tener que entrar a quirófano para una reparación de la válvula aórtica, es interesante saber que el Hospital La Paz es uno de los mejores en cirugía cardiovascular de España.

Por qué se realiza

La reparación de la válvula aórtica se lleva a cabo cuando existe regurgitación del flujo sanguíneo, esto es, cuando en lugar de ir toda la sangre oxigenada de camino a la aorta, parte de ella vuelve al ventrículo izquierdo debido al mal cierre de la válvula.

Esto compromete la presión a la que debe estar sometido el ventrículo, ya que la aumenta en lugar de disminuirla, y fuerza su trabajo de bombeo.

También se repara cuando aparece una estenosis, que es el estrechamiento u obstrucción de la válvula. Esto impide que la sangre salga del VI con la fluidez normal y, por tanto, se produce un colapso que hace que el resto del circuito sanguíneo interno se altere.

Reparación de la válvula aórtica

Cómo se realiza la reparación de la válvula aórtica

Existen dos métodos para reparar la válvula aórtica, y dependiendo del daño que se observe y de la función que ha dejado de realizar, el equipo médico decidirá cuál es la conveniente.

Anuloplastia

Esta intervención lo que hace es devolver al anillo que circunda la válvula su estado de tensión y fortaleza normal para evitar el reflujo de la sangre. Si esta unión ventrículo–aórtica se encuentra distendida, la válvula no trabajará con la precisión necesaria y permitirá que la sangre retroceda.

Valvuloplastia

Esta reparación va encaminada a ensanchar y facilitar la apertura de la válvula. Para ello se utiliza el cateterismo, guiado por RX, con el cual se coloca un globo a la altura de la válvula que se hincha, permitiendo al cirujano recortar el tejido sobrante que provocaba el estrechamiento. Una vez eliminado el tejido se retira el globo quedando la válvula en condiciones de permitir el paso de la sangre.

Como en cualquier intervención quirúrgica existe un pre y un postoperatorio. En el caso de estas, ambos son sencillos de seguir, ya que, si no son a corazón abierto, se limitan a las pautas generales de ayuno y analíticas antes de la intervención; y a posteriori, la toma de medicación, no hacer esfuerzos en unas semanas, buena higiene para evitar infecciones, algo de ejercicio y las revisiones que marque el equipo médico.

Tipos/técnicas de reparación que existen

Los procedimientos o técnicas de reparación son, por lo general, intervenciones quirúrgicas poco invasivas, excepto la valvuloplastia con globo que se realiza vía cateterismo. En estas técnicas se hacen trabajos como:

  • Añadir tejido para reparar fugas, o roturas, que puedan existir en las cúspides e impiden el cierre normal.
  • Reforzar los velos de la válvula que son la frontera física entre la aorta y el ventrículo izquierdo.
  • Separar las cúspides en el caso de que se hayan fusionado.
  • Eliminar tejido para permitir que la fuerza de cierre aumente.
  • Fortalecer por medio de un implante artificial la unión ventrículo–aórtica conocida como anillo.

Riesgos

La reparación de una válvula cardiaca implica siempre una serie de riesgos que hay que tener muy en cuenta, puesto que son impredecibles, ya que, aunque son procedimientos muy avanzados y bien manejados por los equipos quirúrgicos, siempre pueden presentarse.

  • Hemorragias internas
  • Formación de coágulos
  • Mal funcionamiento de la válvula reparada
  • Infecciones y accidentes cerebrovasculares
  • Muerte súbita

Excepto en el último caso, si se presentan complicaciones, lo más probable es que se necesite proceder a una intervención mayor para retirar la válvula reparada y reemplazarla por una artificial.

Esperanza de vida de una persona operada de válvula aórtica

La esperanza de vida tras este tipo de intervención no se puede calcular con exactitud, ya que depende no solo del éxito definitivo de la misma; sino también de la edad de la persona a la que se le haya realizado, de su salud en general y del comportamiento del paciente tras su vuelta a la normalidad.

Es lógico pensar que, aunque todo haya salido bien, si la persona intervenida no actúa acorde a las instrucciones médicas que se le habrán dado sobre medicación, alimentación, ejercicio, etc., y que suelen ser de por vida, lo más probable es que ella misma acorte una esperanza de vida que se encuentra cerca de los 20 años, según la Sociedad Española de Cardiología.

 

Como ocurre en todas las intervenciones que implican modificar la estructura cardiaca, siempre hay que evaluar si los beneficios superan a los riesgos y si realmente van a aportar una mejor calidad de vida y no solo a ampliarla de manera artificial y condicionada a no disfrutarla.

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