Endarterectomía carotídea: técnica quirúrgica

Existen dos procedimientos quirúrgicos que permiten tratar las enfermedades de las arterias carótidas: la endarterectomía carotídea y la angioplastia con colocación de stent. Aquí encontrarás toda la información que necesitas para conocer a fondo la primera de estas técnicas. Las arterias carótidas son vasos sanguíneos situados en el cuello que transportan el torrente sanguíneo hasta la cabeza. Sin embargo, dichos conductos pueden obstruirse por la aterosclerosis(acumulación de “placa”). La consecuente insuficiencia circulatoria podría provocar un accidente cerebrovascular o un ataque isquémico transitorio (AIT). La cirugía que vamos a analizar permite revertir tales enfermedades.

¿Qué es la endarterectomía carotídea?

La endarterectomía carotídea es un tipo de intervención quirúrgica que se utiliza para eliminar la placa acumulada en las arterias carótidas. Gracias a ella, se logra restablecer el flujo circulatorio normal para que el cerebro reciba el suministro de oxígeno que necesita. Además, resulta más eficaz que el uso de medicamentos.

Endarterectomia carotidea

Esta operación de las arterias obstruidas es clave para reducir el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, trombosis y embolias. De hecho, todos estos problemas de salud tienen su origen en la oclusión de los vasos sanguíneos por parte de las placas.

¿Cuándo procede practicar la endarterectomía carotídea?

El principal trastorno que da lugar a esta intervención es la aterosclerosis localizada en las arterias carótidas. Se trata de una enfermedad que progresa lentamente y que daña la capa interna de los vasos sanguíneos. Su aparición puede deberse a múltiples factores (hipertensión, obesidad, diabetes, colesterol alto, tabaquismo, etc.).

  • Estrechamiento arterial severo (80 % o superior): se recomienda practicar esta operación, aunque no concurran patologías cerebrovasculares.
  • Estrechamiento arterial moderado (70 % o superior): es aconsejable llevar a cabo esta operación cuando la obstrucción se debe a un ataque isquémico transitorio (AIT) o un accidente cerebrovascular (ataque cerebral).
  • Estrechamiento arterial leve (50 % o inferior): no suelen requerir este tipo de cirugías, salvo que concurra algún problema cerebrovascular.

¿Cómo son las enfermedades que la motivan?

En este punto, creemos oportuno recordar la sintomatología que acompaña a las enfermedades cerebrovasculares que suelen asociarse con estas intervenciones quirúrgicas: aterosclerosis, AIT y accidente cerebrovascular. Algunos de ellos son:

  • Debilidad o entumecimiento repentinos en la cara o en las extremidades, especialmente en un lado del cuerpo (por ejemplo, “caída” de los músculos faciales).
  • Dificultad para articular palabras o para comprender lo que dicen los demás.
  • Problemas de vista en uno o ambos ojos (ver doble, visión borrosa u oscurecida).
  • Vértigo, descoordinación o pérdida de equilibrio.
  • Dolor de cabeza repentino y agudo (puede concurrir con vómitos, mareos o desvanecimiento).

Los AIT (miniataques cerebrales) presentan estos síntomas de forma temporal (no suelen durar más de 24 horas). Su aparición suele anunciar un futuro accidente cerebrovascular.

¿Cuándo no se recomienda esta cirugía?

A pesar de su demostrada eficacia, la endarterectomía carotídea no siempre es la mejor opción. De hecho, resulta peligrosa para aquellos pacientes que no gocen de un buen estado de salud general. 

En particular, se desaconseja practicar esta cirugía si el paciente sufre:

  • Insuficiencia cardíaca o renal.
  • Aterosclerosis grave generalizada.
  • Hipertensión no controlada con medicamentos.
  • Enfermedades arteriales graves.
  • AIT ocasionados por estrechamiento de las arterias situadas en la parte posterior de la cabeza.

En cualquier caso, corresponde al especialista evaluar la idoneidad o no del paciente para someterse a esta operación. Es importante tener en cuenta que, en el caso de no ser apto para ella, existen alternativas (como la angioplastia de la carótida y colocación de stents carotídeos).

¿Cómo es la intervención?

En esta operación, el cirujano practica una incisión a lo largo del cuello para abrir las arterias carótidas. Con un segundo corte, procede a retirar las placas que las obstruyen. Por último, repara ambas incisiones, ya sea con puntos de sutura o con un parche (sea venal o artificial).

Esta cirugía tiene una duración aproximada de 2 horas y se practica bajo anestesia general o local. El flujo sanguíneo que pasa a través de la arteria carótida se interrumpe para que el cirujano pueda trabajar con más comodidad, y se restablece al terminar la cirugía. Como es lógico, se lleva a cabo un riguroso control de la actividad cardiaca durante la intervención.

Una modalidad de este procedimiento es la endarterectomía carotídea con eversión. En ella, el cirujano le da la vuelta a la arteria carótida una vez cortada para eliminar la placa y, una vez hecho esto, vuelve a unir el vaso sanguíneo.

Antes de la cirugía

Como paso previo a la operación, es preciso realizar pruebas diagnósticas para examinar dónde se encuentran las oclusiones. Entre estas comprobaciones preoperatorias cabe destacar: las ecografías y angiografías carotídeas, las angiorresonancia magnéticas y los angioTAC.

Endarterectomia carotidea

Después de la cirugía

Tras la intervención, los pacientes siguen hospitalizados en la unidad de terapia intensiva de 1 a 3 días. El médico puede practicar un examen para cerciorarse de la completa desobstrucción de las arterias carótidas.

Habitualmente, quienes se han sometido a una endarterectomía carotídea suelen experimentar dolor en la zona operada y dificultad para comer alimentos sólidos. Dichas molestias desaparecen en un par de días. Como término medio, los pacientes podrán regresar a sus actividades normales en un 2 o 3 semanas.

La vida tras esta operación

Como sucede con cualquier otro procedimiento quirúrgico, el paciente deberá seguir las indicaciones del médico con el fin de optimizar los resultados obtenidos. En este caso, las instrucciones suelen referirse a llevar hábitos de vida saludables (no fumar, controlar el colesterol, realizar ejercicio físico, limitar el consumo de grasas y bebidas alcohólicas, etc.).

 

En definitiva, la endarterectomía carotídea constituye una solución altamente eficaz para combatir un problema tan habitual como el de las arterias obstruidas. Garantiza el éxito de esta intervención acudiendo al Hospital Universitario La Paz. ¿Sabías que somos uno de los mejores hospitales de España en cirugía cardiovascular?

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