Ablación de aleteo auricular: en qué consiste

La ablación de aleteo auricular es un procedimiento quirúrgico cuyo fin es el tratamiento de las fibrilaciones auriculares. Este tipo de arritmias se caracteriza por latidos irregulares y muy rápidos que pueden provocar que se formen coágulos en el músculo cardíaco.

Lo más habitual es que el cardiólogo prescriba otras opciones de tratamiento previamente, como pueden ser las medicamentosas. Sin embargo, cuando esas alternativas no dan los resultados deseados, la única opción será la de practicar una ablación de aleteo auricular. En ciertos tipos de arritmias cardíacas, la ablación de aleteo auricular puede ser la primera y única opción de tratamiento.

 

¿Cómo es el procedimiento de una ablación de aleteo auricular?

En algunas ocasiones, esta operación se efectúa mediante bisturí. Esto solo ocurre cuando el paciente tiene que ser intervenido a corazón abierto por otros motivos. En esos casos, se aprovecha la operación para realizar, de paso, la ablación.

En el resto de los casos, que son la mayoría, la ablación se realiza por cateterismo, un procedimiento muy seguro para el paciente. Además, como veremos más adelante, es un sistema poco invasivo que facilita enormemente el período posoperatorio y la recuperación funcional.

Ablación de aleteo auricular

El procedimiento quirúrgico tiene como objetivo crear una serie de microcicatrices en el músculo cardíaco. Estas pequeñas cicatrices serán las que evitarán que se propaguen las señales eléctricas anormales causantes de la arritmia o fibrilación auricular.

Las microlesiones que provocan la posterior formación de pequeñas cicatrices se producen mediante uno de los siguientes procedimientos:

  • Por radiofrecuencia, calentando a muy alta temperatura las zonas a tratar del músculo cardíaco.
  • Por criogenización, enfriando de forma extrema esas mismas zonas.

Para realizar la intervención, preferiblemente se seda al paciente y se aplica anestesia local en las zonas en por las que se introducen los catéteres y en las que se realizan las ablaciones.

En los casos de enfermos muy nerviosos o de personalidad reactiva puede optarse por el uso de anestesia general.

En cualquier caso, las intervenciones realizadas sin anestesia general no suelen provocar dolores a las personas intervenidas.

Tras la operación, la mayoría de los pacientes únicamente refieren haber experimentado molestias pectorales de carácter leve durante el procedimiento quirúrgico.

Por último, las estadísticas apuntan a que 9 de cada 10 intervenciones dan los resultados esperados, es decir, se trata de una de las intervenciones del corazón cuyo índice de éxito es más alto. Cuando no es así, puede ser necesario realizar una nueva ablación o recurrir a un tratamiento farmacológico adicional.

¿Por qué se realiza?

Aunque los pacientes suelen ser reticentes a esta opción, lo cierto es que hay ocasiones en las que los cardiólogos tienen que recurrir, sí o sí, a este tipo de cirugía cardíaca.

En concreto, la ablación de aleteo auricular es una opción de tratamiento que se emplea en:

  • Aquellos pacientes que sufren fibrilaciones auriculares que no responden a los tratamientos farmacológicos convencionales.
  • En algunos casos de arritmias ventriculares.
  • Personas que no pueden recurrir a tratamientos farmacológicos, por causa de alguna otra enfermedad o para evitar interacciones con otros medicamentos.
  • En los casos de intolerancias o efectos adversos producidos por la medicación administrada para controlar las arritmias.

¿Cuánto tiempo dura la ablación?

La ablación es un procedimiento quirúrgico relativamente largo: los cirujanos cardiacos completan este tipo de operaciones, siempre que no surja ninguna complicación, en un tiempo que habitualmente oscila entre las dos y las cuatro horas.

Tiempo de reposo después de una ablación

A pesar de que se trata de una intervención cardíaca no exenta de complejidad, lo cierto es que el proceso de recuperación de una ablación de aleteo auricular no es especialmente problemático, teniendo en cuenta que no deja de ser una intervención cardíaca:

  • Si no se utilizan anticoagulantes en la intervención, el periodo de reposo total tras la operación es de entre 4 y 6 horas.
  • Y cuando se utilizan anticoagulantes durante la operación, el periodo de reposo total es de entre 8 y 12 horas.

Este reposo obligatorio tiene la finalidad de evitar que se produzcan hemorragias inesperadas. Pasados los tiempos indicados, el riesgo hemorrágico desaparece.

Sobra decir que durante ese periodo el paciente está permanentemente monitorizado y vigilado, a fin de detectar y detener rápidamente cualquier posible episodio hemorrágico.

En los días siguientes, el paciente puede experimentar algunas molestias de carácter leve. Las más frecuentes son:

  • Dolor o incomodidad pectoral
  • Molestias en las áreas por donde se han insertado los catéteres

También puede ocurrir que se observen ciclos de ritmo cardiaco irregular y la omisión de algunos latidos cardíacos. Esto suele pasar durante los primeros días del postoperatorio de una cirugía cardíaca y no debe preocupar en absoluto al paciente, puesto que estará permanentemente controlado. Se trata de algo normal y no es un signo indicativo de que la operación haya salido mal.

Ablación de aleteo auricular

La inmensa mayoría de los pacientes intervenidos pueden retomar su actividad habitual en cuestión de unos pocos días. Lo más frecuente es que el periodo de estancia hospitalaria no supere la semana de duración.

Tras la operación, en algunos casos será preciso que la persona intervenida tenga que seguir tomando medicamentos para complementar los resultados de la intervención quirúrgica.

Igualmente, se requerirán visitas al cardiólogo para que este realice periódicamente las correspondientes tareas de seguimiento y control del paciente.

En ciertas ocasiones, puede ser necesario portar un dispositivo de monitorización permanente, de manera temporal, para verificar los resultados obtenidos tras la operación.

Finalmente, los pacientes que se han sometido con éxito a una ablación de aleteo auricular pueden realizar una vida totalmente normal, con la única excepción del ejercicio físico y las actividades deportivas.

En este sentido, la principal recomendación del equipo de cardiólogos del Hospital Universitario La Paz es que la persona operada evite fatigarse y realizar esfuerzos excesivos.

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